Tras las derrotas pasadas en las que no habíamos salido, nos propusimos volver a la rutina de fiesta y fútbol casi sin dormir. El día salió frío, muy frío. Los jugadores salimos a darlo todo, por la noche y en el partido. Tuvimos mucho tiempo para calentar, algo bueno teniendo en cuenta la temperatura. Todo parecía bastante de cara, jugadores concienciados, equipo rival justo de jugadores (sólo siete)...
Pero pronto nos dimos cuenta de que la cosa no iba a ser fácil. De hecho rápidamente se convirtió casi en una pesadilla de las que te despiertas sudando y te quedas pensando si es cierta durante 10 minutos. Su delantero era muy rápido y hábil y a cada llegada nos daba un susto. Tanto fue así que pronto, en un regate perfecto a toda la defensa, nos metieron el primero.
Las llegadas eran muchas y nosotros, sin orden una vez más, íbamos como pollos sin cabeza por el campo, sin saber qué hacer (cosa que días antes hablamos de no hacer en el amistoso que habíamos perdido). Un gol de Andrew, con la palomica blanca como ayudante, hizo el empate.
Poco a poco íbamos cogiendo ritmo, pero sólo con ritmo no se ganan los partidos. Entre sus disparos detenidos por Juanma (una escuadra incluida) y los que iban fuera, sumaban disparos a la estadística los rivales. Tanto iba el cántaro a la fuente, que al final se fueron en el marcador. Nos íbamos al descanso con 1-4 y con la cabeza baja y el desánimo muy presente en todos.
La segunda parte fue más de lo mismo. Balones largos de la naranja mecánica (desengrasada y sin poner a punto) y llegadas del contrario sin parar. Con el 3-5, una expulsión del macetita a un contrario nos dio algo de moral. Creíamos que podíamos ir a por el partido, pues quedaba tiempo.
El árbitro era malo, para uno y para otro lado, lo cual no ayudaba al partido. Tanto fue así que pitó una falta por pedir un balón cuando no debía (era gol claro para los naranjas).
Nada podía salvar el resultado, pues la moral duró poco y el desorden y las prisas se hicieron todavía más presentes en nosotros. El 3-6 llegó y el contrario se relajó. Entonces pareció que el A Tope se iba a por el partido, pero era un espejismo. Resultado abultado y una nueva derrota, fueron el resultado de un despropósito de partido total. Nada que decir.
Una vez más hay que añadir las lesiones, dos esta vez, de Alberto y Samper. Menos mal que han sido musculares y pronto los tendremos de nuevo en el terreno de juego.
Y tampoco podemos olvidar a la afición, pues estuvieron dándolo todo con el frío que hacía. Tienen sus altibajos, pero saben estar en los momentos duros. Gracias chic@s.
Es importante saber levantar el ánimo cuando las cosas se tuercen, y creo que entre todos debemos animarnos en el campo y pensar que perdemos porque nos dejamos, no porque sean mejores que nosotros. Ánimo A Tope, somos fuertes y sabemos de sobra que un gol no nos va a derrotar moralmente. Un abrazo a todos. Ahora más que nunca, ¡A TOPE!
(Entrada correspondiente al partido de la jornada 10 contra el Onairam Sporting).
Pero pronto nos dimos cuenta de que la cosa no iba a ser fácil. De hecho rápidamente se convirtió casi en una pesadilla de las que te despiertas sudando y te quedas pensando si es cierta durante 10 minutos. Su delantero era muy rápido y hábil y a cada llegada nos daba un susto. Tanto fue así que pronto, en un regate perfecto a toda la defensa, nos metieron el primero.
Las llegadas eran muchas y nosotros, sin orden una vez más, íbamos como pollos sin cabeza por el campo, sin saber qué hacer (cosa que días antes hablamos de no hacer en el amistoso que habíamos perdido). Un gol de Andrew, con la palomica blanca como ayudante, hizo el empate.
Poco a poco íbamos cogiendo ritmo, pero sólo con ritmo no se ganan los partidos. Entre sus disparos detenidos por Juanma (una escuadra incluida) y los que iban fuera, sumaban disparos a la estadística los rivales. Tanto iba el cántaro a la fuente, que al final se fueron en el marcador. Nos íbamos al descanso con 1-4 y con la cabeza baja y el desánimo muy presente en todos.
La segunda parte fue más de lo mismo. Balones largos de la naranja mecánica (desengrasada y sin poner a punto) y llegadas del contrario sin parar. Con el 3-5, una expulsión del macetita a un contrario nos dio algo de moral. Creíamos que podíamos ir a por el partido, pues quedaba tiempo.
El árbitro era malo, para uno y para otro lado, lo cual no ayudaba al partido. Tanto fue así que pitó una falta por pedir un balón cuando no debía (era gol claro para los naranjas).
Nada podía salvar el resultado, pues la moral duró poco y el desorden y las prisas se hicieron todavía más presentes en nosotros. El 3-6 llegó y el contrario se relajó. Entonces pareció que el A Tope se iba a por el partido, pero era un espejismo. Resultado abultado y una nueva derrota, fueron el resultado de un despropósito de partido total. Nada que decir.
Una vez más hay que añadir las lesiones, dos esta vez, de Alberto y Samper. Menos mal que han sido musculares y pronto los tendremos de nuevo en el terreno de juego.
Y tampoco podemos olvidar a la afición, pues estuvieron dándolo todo con el frío que hacía. Tienen sus altibajos, pero saben estar en los momentos duros. Gracias chic@s.
Es importante saber levantar el ánimo cuando las cosas se tuercen, y creo que entre todos debemos animarnos en el campo y pensar que perdemos porque nos dejamos, no porque sean mejores que nosotros. Ánimo A Tope, somos fuertes y sabemos de sobra que un gol no nos va a derrotar moralmente. Un abrazo a todos. Ahora más que nunca, ¡A TOPE!
(Entrada correspondiente al partido de la jornada 10 contra el Onairam Sporting).
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